Las artesanas de Puntometría descubrimos los
beneficios de tejer hace ya unos cuantos años. Una especie de flechazo con el
ganchillo, en un memento y un espacio geográfico concreto, nos llevó a retomar
conocimientos adquiridos en la infancia. Fue una conversión en toda regla.
Tejer cadenetas, puntos bajos y puntos altos se ha convertido en el ocio, e
intentamos que también en el negocio, de nuestras vidas. Los beneficios personales de esta conversión han sido inmensos y resulta que estudios publicados aquí y allá confirman los bondades de tejer que nosotras
hemos comprobado.
La neurociencia ha constatado que no se trata de un simple ejercicio
mecánico. Por el contrario, tejer viene siendo un complejo proceso neurológico que pone en
funcionamiento multitud de áreas cerebrales, desde la motora hasta la sensitiva, la visual, la auditiva y la del lenguaje.
¡Ahí es nada! Un estudio realizado por la Clínica Mayo concluye que
manualidades como la cerámica, la pintura, la calceta o el ganchillo disminuyen
el riesgo de desarrollar demencia y pérdida de memoria en personas de mediana
edad y mayores www.sundayworld.com/style/health/knitting-boosts-memory
Pero tejer no solo es bueno para los adultos. Nos encanta la experiencia de algunos colegios de
Estados Unidos que ofrecen la posibilidad de aprender a tejer entre las
actividades escolares. Abuelas, madres y vecinas voluntarias enseñan a los
niños a elaborar distintas prendas y; lo más importante, la experiencia ha
demostrado que hacer punto ayuda a los estudiantes a relajare, concentrarse
y a ejercitar el cerebro http://www.schoolnewsnetwork.org/index.php/2014-15/knitting-calms-students-emotions-exercises-their-brains/
Se dice que el mismísimo Albert Einstein tejía para calmar la mente y aclarar sus pensamientos. Nos gusta,
sea cierto o no. Damos fe, por
experiencia propia, que hacer ganchillo relaja, ayuda a trabajar la
concentración, distrae de los pensamientos negativos y fomenta la creatividad y
la autoestima.
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